Pelota diaria

A golpe de dedo mi abuela imaginaria
ayer corría con la pelota.
Será pa' bien que mi abuela decía.
( Y la vieja algo sabía...)
-Me refiero a mi abuela imaginaria-
la que no es aria, la de mi pensamiento,
la que se encuentra en todo momento
corriendo entre muertos de futuro incierto.

Digo.... A golpe de dedo mi abuela imaginaria
metió dos cero hipotético en un partido ideático
contra inconclusos iniciáticos.
Se fueron pa'su casa sin su tarjeta,
sin su roja, sin amarilla,
Así, sin concepción a una sospecha
de que había un propósito, un diseño,
para que la abuela se gane un sueño.

A golpe de dedo mi abuela imaginaria
ayer corría con la pelota buscando respuesta a lo que es bonito,
a lo que es espléndido con nuestros hijos,
lo que no sabemos,
...lo que intuimos...

Madera de guerrero

Son seres en tu camino, son piedras que muerden tu destino.

Son ellas, son ellos. Son míos, los que yo quiero
de mirada baja, de paso lento.
Silenciosos se mueven en el viento,
ellas, ellos, mil agitados perros en este mi sueño de concreto.
-Si los tocas te queman el dedo-, porque son mis fríos seres del metro,
los que me acompañan siempre adentro.

Vengan perros guerreros, limpien mi camino de tanto Güero,
de tanto traje,
de tanto brillo pendejo.
Traigan mil imágenes a mi cabeza bañadas en fresca cerveza
que nazca de su cabeza, rasurada a la moda ,bien paralela,
-así lo quiere el sistema-.Te quiere adentro,
silencioso, partido, nublado, bien dormido,
viviendo tu idilio de flat pannel y celular con estilo.

Te doy un par de monedas para el barquero,
pa' que te cruce al otro lado, para que encuentres a tus guerreros,
que sentados fumando esperan tu adormilado cuerpo.

(Ya basta de tanta rima
que se me enfría la cabeza y se me muere el texto,
este que escuchas dentro de tu contexto,
trama que marca tu entorno caricaturesco).

Ven, suburbano guerrillero, despierta a tu tiempo,
escucha mi cuento, que sin forma te va a dejar el cuerpo
listo para la cena de este nuevo momento,
de humo, de añejo cemento.

Damaltamar.

Voy hoy desnudo,
disfrutando tu reflejo, tu muerte y tu linaje,
disfruto la mirada del que de lado me mira pa bajo
cuando pega el frío en mi cara, ahora
que trabajo desde bien abajo.
Crucé cien mares sin atajos, llegué así solo, bien sudado.
Pero aquí estoy migrando
entre tus piernas y con gusto mando todo al carajo.

Ven mamita, péinate en mi piel y rompe mis huesos,
mis espejos, mamita de viaje, nena salvaje.
Sella mi pasaporte, ese que tiene cien sellos de sangre,
rompe mis hojas y dame mujer, documento de carne,
que quiero tu visa en mi piel para tatuarme con tu momento,
con tu cadera todo tu bosquejo palpitante.

Mamita de carne, de hueso, de sangre:
ven que cuando estás cálida se me derrite el emigrante, ese
que viaja entre uniformes pedantes.
Dame un canto de tu tierra, deja que cultive tu vientre
con la historia de mis raíces sin nombre.
Deja marcarte con mis genes sin estandarte.

Ven salta y rompe el papel ,frío documento de viaje,
hincha mi espacio en este cerrado paraje,
que quiero respiro para poder darte , nena de carne,
lo que escribo en mi mente cuando apareces dentro de este oleaje
de mas de ochenta cuerpos de emigrantes
que soñaron mi sueño de mejores paisajes.

De requiem a palos

A palos te enseño,
a palo me adueño
de tu alma, de tu testa, de tu karma,
maldita mía, maldita amada.
En el piso te ves linda,
me lustro el zapato en tu cadera,
me miro el rostro de calavera...

Me miro la cara en la ventana de mi casa, esa
...mi casa.

Yo pago (pagaba) el sueldo de la empleada,
la luz, el agua y la tirada
del dominó que tanto me habla,
me mira, me llama y me descarga la ira del tiempo de mis memorias
que como un saco de piedras en mi espalda
me acalambran la mirada.

Yo no fui chico, no tuve historia,
no me borraron la memoria, me amarraron, me cosieron;
dispararon en mi vago recuerdo.
Ya no me muevo, ya no te miro,
del gris opaco salto en tu cara, blanquita cara.

Yo tuve palo, venga el látigo
que soy amigo del que se desliza en mi recuerdo
y me acaricia como gato en celo antes del momento
del calambre donde te muerdo.

Porque te amo, te deseo. Cubierta de plomo, de negro.

Maldita mía, porque te quiero
te doy el regalo de mi puño entero, querida mía
yo hoy te extraño.
Voy hoy solo, muy bien vestido desde lo eterno.

Requiem a Germ'n T.

Querido
allí estás, tendido, mirando el vidrio
querido allí estas, tendido mirando al frente,
mirando horizontes.

Sólo, desquerido estás,
con ropita nueva, con ropita gris
esperando ojos de soledad...querido
allí estás al fin.

Mall calavera.

En esta tierra de dientes de oro de tres estrellas
soy el que cocina sólo fresco aire,
-soy pura tierra, aquí soy nadie.
En esta palestra de collares brillantes
entre bolsas de shopping, entre disfraces:
meneo mi diente al son del metro,
miro mi cara en el reflejo de mil ventanas, de mil trayectos.

Porque aquí, me falta el traje,
me falta el plástico que dice: mama
-Soy artístico,
en al arte del sexo soy foquin fantástico.

Me falta mirada constreñida,
fumada de pucho con cara de ira,
mirar a un lado como quien no quiere.
En fin: Ser cuático
en este Mall de calaveras.

Entre dientes de oro de tres estrellas,
le pego al cuero de tu memoria, al un dos tres cuatro de mil recuerdos:
le pego al humo de tu silueta.

Parimos juntos un par de historias
de barro y polvo que allí se encuentran
mirando al norte, mirando papeles
que no aparentan lo que se viene.

Querida...yo no soy cuático, no soy foquin fantástico,
no soy súper héroe de telenovelas.

Pienso en colores, no veo números,
me gusta Correa, me gusta Chávez.
Te veo en un campo de diez mil pinos,
estirando la mano forma en puño,
apuntando al cielo, siendo los dos
nada más que Uno.

Hacha pa la cucaracha

de cuando en cuando,
allí siempre de siempre.
se encuentran, se calientan
los seres que alientan , que mientan, que ruegan ser el pan
ser el don Juan, San Sebastián rey de los flechados,
de los desplazados, de los que ruegan por un plan.
Aquí siempre,
en esta siembra de tierra sombría
vienen a demostrar su hombría, su delirio,
su grandeza, los seres que capean de frente
y le hacen asco a la realeza.
(todo esto en mi puta cabeza)

En esta tierra fría de caras sombrías
están las viejas,
las que de valija seca recorren las tiendas,
los seils y las ofertas.
Que dicen: papi tu ofrenda
que te perdono la afrenta,
jodío cabrón desgraciao,
que cuando estés descuidado
te entierro el cuchillo en la testa.
Pato de mierda.

De gris de rosa
viene la mujer que dice y cree ser hermosa,
viene la bicha, la cucaracha,
la que hiede y si la aplastas
te tira un jugo amarillento lleno de su aliento,
Esa misma es la que yo quiero,la que tu quieres,
la que se deja en todo momento.

De gris de rosa, llena de sangre, la misma sangre
que recorre el fango de mi caliente mango.
Quiero ron, quiero molerme la cabeza,
quiero morder tu cadera convexa
sabor a carne y a rancia cerveza,
quiero parir mil ladrillos
pa construir un castillo
donde cien zánganos te preparen la cena.

Dama dal mata.

Tierra quemada,
húmeda y frágil,
golpeada y mordida en tu historia, en tu histeria.
Amable arcilla que jugaste en los pies
de los buenos, los cojos, los negros.
Los indios.

Amable dama lechada,
dálmata...dama hembra,
dama de rojo.
Callejera y amiga...
lejana y esquiva,
dama rapera y de rockola,
dama violada.

Una mirada, un espacio
gana manos en tu cara, manos en tu orilla
y desde esta ventana
...te miro

Cruza tiempo

Qué paso con el niño ciego?
el de bastón de oro.
Él, que caminaba,
feliz entre cornisas,
uniformes verdes y selvas de balas de bronce.

Qué pasó con el silente,
jovial,
reptante.
Caminante
de manifestaciones de carne?.

Qué pasó con ese cuerpo
de sueños volátiles, brillantes?
Qué pasó a ese niño azul
armado de cielo confiado?.
En ese camino de piedras y vidrios,
qué pasó con tu bolso lleno de esperanzas y manjares?

Qué pasó
con la música que recorría tus avenidas
y tus pasos?
Qué pasó pues!
Pasó entre saltos de tortas y velas,
pasó entre flashes infames
de lagunas de memoria salvaje.

Pasacalle.

Pedazos de piel cuelgan de mis nervios:
raídos, mustios, descoloridos.
Emotivos pedazos
de lascivo pan, de cuentos sin final,
cuelgan de mis ojos solos y caídos.
donde esta el viejo cuerpo?
el que mira desde la vereda que impugna de frente,
donde esta su mirada?
vacía, fría, incompleta.

Parado aquí:
en esta esquina, paralizo mis dientes,
corto el tintineo y congelo el tiempo con nubes perennes.
Vacante espero mi mirada de aquel,
aquel, aquel,
aquel,
que como machete se clava en mi frente.

Pasa corriendo un segundo
y con sus dedos acaricia mi espalda,
nadie mira mi rostro
de humo inerte,
pálido, de desordenadas letras verdes.

Como un sedentario borrego se acurruca él,
frío y objeto en su esquina,
mira mi rostro como gato negro que observa su presa.
Quieto, estático espera
la luz verde
que camina y trina entre paredes de carne,
entre ladrillos caminantes
que impalpables rozan mi mente.

Perturbado y decidido engullo la esquina,
sobre la cebra cruzo dando saltos en blanco
para llegar a él:
mi yo, mío, sedentario, eterno,
que a mi encuentro salta
y de un terso mordisco devora mi vientre.

Al filo

Desde una tímida oreja escupen los santos
los verdes new age
y los magentas etéreos.
Mientras colgada la fría noche violácea
se entierra en los huesos
del titiritero, del sátrapa,
del hombre cordero.

Meneando la cintura
entre arropadas telas de historia
entra y silba el Dios del mar,
el dios del billar,
el moreno;
el chino y el cholo,
los alados
tuertos, canos, santos y feos.

frígidos juegan a ser carambolas,
juegan el juego del filo.
Cortante juego no-latex de adrenalina y bum en la testa,
de chorro surtido dentro de él o de ella.

Así juegan a la linda y fecunda ruleta,
a encontrarse con él,
el clavado en la cruz,
él,
que perpétuo perdona
por taciturnos e insolentes momentos.

Grillo de la palestra.

Canta Grillo,
canta canta pero canta,
amanece brillando tu paso
en mi recuerdo,
vivo,
cantando.

Canta Grillo,
canta canta pero canta.
Grillo de la palestra,
de mi niñez son tus alas
que de tiempo
arropan mi alba.

Canta,
Grillo de rojos y azules,
canta a la mañana,
cántale a mi memoria.
A mis recuerdos de infancia.

Canta Grillo canta,
canta pero canta,
con cada sol de amanecer
cantas cantas pero cantas
siempre en mi oreja
gallo Grillo de mi infancia.

Reflejo maquinal.

Entre espasmos de vida
vine a donar color.
Umbilical, arrullado
vine a encontrar tu luz.

Así solo,
flotando entre dedos
quedo inscrito
en tu mirada
presa de mi.

Así solo llegué a buscar un yo,
uno eterno, de olvido
que llegue a tu consideración.
Querido siniestro inconsciente
solo
así vine a tentar tu amor.

Sombras.

Claras, estampadas,
en paredes avaras pegadas.
Relamidas, historiadas.
Sombras de hambre,
de cuerpo,
de historia y de tiempo.

Sombras lavadas
con cloro made in usa,
con detergente Ace ultra matic
quita manchas de conciencia
de sombras jóvenes,
de niñas
y de sombríos caminantes.

Sombras descubro
entre mentes inertes
de conversa Johnnie Walker
blue label
o de vino de ese Alpha Montes.

Sombras tocadas día a día
con tu espalda,
tu hombro,
tu alma.
Sombras de luz sin recuerdo
de sopa caliente de diente de leche
entre cemento,
balas y paredes.

Sombras de encuentro subterráneo
detrás de headphones,
ipods y mp3.
Sombras sin mirada de ruedas fireston
de riel derecho de metro.
Sombras de amor, de odio,
de sexo.

Sombras de olvido, olvidadas
entre canciones y publicaciones
del puro reader's digest
o de noticia guiada
de burdo cnn.
Sombras león de cannes,
fiap
o cóndores de hojalata.

Sombras quedan entre neblina,
pululando
con iris cortado
por un blue chip rgb plástico
invertido en dow jones
de nuestro glorioso wall street.

Sombras de vida
planificadas.
Sombras de hormigas cargando su peso
entre estas venas citadinas
que son mi desierto.

Por esta trocha de silencio.

Una tromba de palabras
pasa ligera golpeando mi vientre.
Sube en remolinos azules
entintando mi pecho
descolorido, ajado, pendiente,
esquivo.

De un zarpazo arranca mi oreja
y entra a este mundo concreto,
sinuoso, desvalido.
Se acurruca y duerme el tiempo
para crear su salto
de despierta tinta que ennegrece mi lengua.

Así, escupo a gritos las letras
que firman un tiempo sin obituario;
un exilio de vivencias aprehendidas
de un encuentro de raíz sin historia.

En verde navego por esta trocha de atajos
de silencio solemne y tirano.
Pendiente, articulado, huracanado
me armo de brillo y descargo
esta selva de lacónicos relatos.

En estas veredas grises

Caminantes sin mirada
despegan con memoria zurcida
su piel del espejo.

Alcohólicos amantes músicos,
a pie descalzo corren por comida, oro y metal.
Por papel y rostros
que nombran su valor.

Aquí y allí,
clavado, golpeado, cortado y molido,
se mezclan sábanas con huesos
en ese vaho de angustia,
en esa mancha deforme que vuela
sobre el húmedo sentir
de tener lo que no tienen
los que miran la luz como algo raido.

Hoy no escribo...

Hoy no escribo,
hoy miro mis cuerpos
caminantes anquilosados.
Deconstruidos.

Amnesia nuestra de cada día.

Amnesia carne, amnesia barro,
te quiero, así marchita
reptando entre almas
de huesos frios
de tus hombres guerreros,
torturadores, curas, verduleros.

Amnesia dulce sin espinas
recorres las rosas que dejaron
tus mujeres desaparecidas.

Residimos en tu día
amnesia de encuentro.
Amnesia sutil de golpe en el pecho.
Sin aire, abres tu boca
estacionada en nuestro colectivo
listo para el silencio.

Memoria

La tierra pasa lentamente a tus pies
cansados, tristes, vagabundos.
Antiguos acompañantes de historias fugaces.

Tierra roja, tierra sangre.
Clandestina.
Imprescindible, borracha peregrina,
oculta, violenta enternecedora.
Mira de incógnito,
mira de tierna, de madre, de amante.
Mira de viuda y abre los surcos
entre el viento y el pájaro
que alegre viste de negro.

Agobiada, te refugias
en euforias de cama caliente y sopas amargas.
Caminas de lado,
de angosto tangente
bordeando los signos, suelta de encanto,
tapizada de polvo.
Cubierta de blanco.

Tierra memoria, tierra de pasos,
de golpes de péndulo.
Ridícula, pragmática
envuelves el tiempo en dócil cemento.

Con suave neblina borras el rastro
del oscuro barquero
que silente espera el momento
de remos grises y moneda de oro.
Caronte, sin tierra, espera sin tiempo.

Latino voy

Camino entre árboles verdes de hoja caída.
Camino metálico, frío
y planto mi pie, plano de hierro.
Concreto.

Aquí voy,
seco, diestro,
en movimiento, mirando pal frente.
Corriendo.

Mi brazo se convierte en fusil y disparo.
Voy lleno, matutero,
pálido, gris, aniquelao como el viento
que mece la bala de letra
que se entierra en tu pecho.

así verde voy
sintiendo el orgullo, el deseo,
de ser siempre latino
parido en el agua que llega a tu puerto.

Ahora rojo, disfrazado de Dios
que vuelve al encuentro,
de mi historia. Tu histeria llena de miedo.
Inmigrante latino
se queda adentro.

Tiempo

Se desliza.
Lento, suave y mojado.
Un caracol en mi oreja.
Destellos de memoria asaltan mi mirada.
Mientras,
azules movimientos de historia,
golpean la piedra de este muelle, que estará allí.
Siempre.
Esperando al tiempo
con las piernas cruzadas al viento.

Azules recuerdos
caminan lento en tu cuerpo.
Caen, en gota fría que recorre el pecho.
Y una vez ahí, en el centro,
retoñarán en flor de espinas
para tu suave concierto.
De ruidos, de claves,
de tu paso;
caracol.
Por este suave momento
en un cuerpo gris de tanto cemento.

reina

La reina camina, entre piedras y almohadas
buscando dientes y caracoles.
Rosas y vientos.

De bruces, se estrella en la mirada de los perros de la calle.
Los ciegos y los melancólicos tocan su interior,
cayendo y gimiendo.
Rasgando y moliendo.

lo mira todo y se encuentra
meneando la cadera al son de un tambor
que retumba desde su pecho.
Vacío pecho.

Sex pusher

Como parido entre piedras
se me calienta el corazón.
De ver tanto made in wherever,
tanto gel ,tanto pito.

Miro en detalle y me dan ganas de volar,
ganas de probar un salto al vacío,
un encuentro con mis dioses y mi locura.
Allí, de corazón caliente me quedo,
mirando al que vende
gozando la muerte.

Perdido divago entre casas azules.
Compro una copa y bebo tu néctar,
vuelo en tus piernas y rezo:
En tu sexo Sex pusher.

Alivio mis planes,
sintiendo cada segundo como un disparo en la sien,
que me envuelve y me llama
a bañarme de ti,
etérea entre mis dedos
Sex pusher…

Y punto.

Treinta y tres pasos,
giros, movimientos de cadera.
Las comas saltan desde la esquina
mientras un gato mira,
sedante.

Los puntos me esperan,
quieren ese espacio silencioso.
Ese espacio calmo y frío entre el calor de mi tórax
y el color de esta letra.

Ellos,
puntos y comas, más puntos que comas,
hurgan en mi vientre,
buscan huesos y dientes de oro.
Encuentran flores y color.

Y mi cuerpo,
pequeño cuerpo,
esta forrado de tinta negra
que pesa como el rojo.
Sin punto, sin coma,
listo para saltar a tu tela.

El Rosal

Me limpio la boca
amarga de café,
boca llena de letras
que saltan desde mi rojo vientre.

Hierven por dentro
cortas,
largas, de colores y aveces.
Solo a veces
en blanco y negro.

De mi mano crece
un machete de textos.
Corto el vientre del día
y camino liviano
acariciando el viento.

mi vida

Desde esta mesa , esta silla,
escucho mi infancia , mis sueños.
El viento
frágil y malhumorado me trae tus recuerdos.

Tus recuerdos de risas, de melancolías
me trae tus barcas y trenes.
Tus caballos de Troya que aniquilan mi pensamiento.

Desde esta mesa, redonda mesa,
escucho pasar mi vida.
Mi cálida vida
amarilla de angustias,
roja de pasiones.

Desde aquí mi vida,
mi yo, mi vida.
Te doy la mano y te encuentro
ambos viejos y en el comienzo.
Desde esta noche caminamos juntos
entre bajos y cemento.
Entre gritos y miradas esquivas de un metro.

Desde aquí, mi vida
seremos uno.
Seremos la gota que retumba
en el amanecer de un muerto

una historia

Aquí comienza la historia
contada en este espejo,
sacro y soso, virtual y plástico,
sediento de máquinas y pistones,
sediento de negros lagos en las ideas…

aquí, en la esquina de la cama que descansa a tus espaldas
bajo tu cuerpo inerte que solo recuerda,
que solo responde a preguntas idiotas,

aquí bajo mi texto
...sobre tu piel,
tremendas amarras cortan...

tus manos,
tus días , tu oreja,
tu lengua...