A palos te enseño,
a palo me adueño
de tu alma, de tu testa, de tu karma,
maldita mía, maldita amada.
En el piso te ves linda,
me lustro el zapato en tu cadera,
me miro el rostro de calavera...
Me miro la cara en la ventana de mi casa, esa
...mi casa.
Yo pago (pagaba) el sueldo de la empleada,
la luz, el agua y la tirada
del dominó que tanto me habla,
me mira, me llama y me descarga la ira del tiempo de mis memorias
que como un saco de piedras en mi espalda
me acalambran la mirada.
Yo no fui chico, no tuve historia,
no me borraron la memoria, me amarraron, me cosieron;
dispararon en mi vago recuerdo.
Ya no me muevo, ya no te miro,
del gris opaco salto en tu cara, blanquita cara.
Yo tuve palo, venga el látigo
que soy amigo del que se desliza en mi recuerdo
y me acaricia como gato en celo antes del momento
del calambre donde te muerdo.
Porque te amo, te deseo. Cubierta de plomo, de negro.
Maldita mía, porque te quiero
te doy el regalo de mi puño entero, querida mía
yo hoy te extraño.
Voy hoy solo, muy bien vestido desde lo eterno.
Saturday, September 08, 2007
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