Pedazos de piel cuelgan de mis nervios:
raídos, mustios, descoloridos.
Emotivos pedazos
de lascivo pan, de cuentos sin final,
cuelgan de mis ojos solos y caídos.
donde esta el viejo cuerpo?
el que mira desde la vereda que impugna de frente,
donde esta su mirada?
vacía, fría, incompleta.
Parado aquí:
en esta esquina, paralizo mis dientes,
corto el tintineo y congelo el tiempo con nubes perennes.
Vacante espero mi mirada de aquel,
aquel, aquel,
aquel,
que como machete se clava en mi frente.
Pasa corriendo un segundo
y con sus dedos acaricia mi espalda,
nadie mira mi rostro
de humo inerte,
pálido, de desordenadas letras verdes.
Como un sedentario borrego se acurruca él,
frío y objeto en su esquina,
mira mi rostro como gato negro que observa su presa.
Quieto, estático espera
la luz verde
que camina y trina entre paredes de carne,
entre ladrillos caminantes
que impalpables rozan mi mente.
Perturbado y decidido engullo la esquina,
sobre la cebra cruzo dando saltos en blanco
para llegar a él:
mi yo, mío, sedentario, eterno,
que a mi encuentro salta
y de un terso mordisco devora mi vientre.
Friday, April 20, 2007
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